El oído se divide en tres secciones principales. Tenemos al oído externo, seguido del oído medio y, por último, el oído interno. Es en esta última sección donde podemos encontrar una estructura en forma de un tubo enrollado en espiral que se conoce como cóclea. Su nombre deriva de la palabra del griego antiguo “κοχλίας”, la cual es utilizado para designar a los caracoles de tierra cuya concha tiene un espiral.
En tiempos antiguos a esta estructura del oído interno se le conocía como caracoles debido a su semejanza con este objeto. Esta estructura es de suma importancia para el proceso de la audición, ya que en su interior alberga al órgano de Corti. Este es el encargado de la transformación de las vibraciones en impulsos nerviosos.
La cóclea se encuentra situada en el hueso temporal y esta se mantiene en contacto con el oído medio gracias a los orificios conocidos como ventana oval y redonda. Además del órgano de Corti, la Cóclea también cuenta con otras estructuras que son muy importantes en el proceso de la audición. Y como cualquier otra parte del cuerpo, también podrían recibir daños que son capaces de afectar a su funcionamiento de forma permanente.
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Estructura de la cóclea
La cóclea es una cámara de hueso cónica, hueca y en espiral. A través de ella las bandas sonoras se propagan desde la base la cual se encuentra cerca del oído medio y la ventana oval. Estas llegan hasta el vértice que es la parte superior. Esta sección en espiral de la cóclea mide aproximadamente 30 mm de largo y es y da dos vueltas alrededor del modiolo. Dentro de la Cóclea podemos encontrar tres rampas, las cuales son conocidas como timpánica, media y vestibular.
Rampa vestibular
Cuando las ondas sonoras llegan al oído interno, lo primero que se van a encontrar es la ventana oval, la entrada a la rampa vestibular. Este es el espacio a través del cual el sonido puede viajar después de haber pasado por los oídos externo y medio. Recorre toda la cóclea hasta el final y esta se encuentra con la rampa timpánica. Así es como logra su recorrido hasta el “segundo tímpano”, también conocido como ventana circular.
La rampa vestibular, también llamada conducto vestibular, está llena de un líquido conocido como perilinfa. Es gracias a este líquido, que las ondas sonoras pueden ser transmitidas a través de este espacio. Este conducto se encuentra separado de la rampa coclear gracias a la membrana de Reissner.
Rampa media o coclear
Ubicada entre la rampa vestibular y la rampa timpánica, tenemos el conducto medio o coclear. Esta cavidad se encuentra llena de endolinfa, la cual es un líquido diferente al que se encuentra en las otras dos rampas. Este conducto está separado de las otras dos rampas gracias a la membrana basilar y la membrana de Reissner, esta última es también conocida como membrana vestibular.
Está en la rampa media que podemos encontrar al órgano de Corti. Este último también recibe el nombre de órgano espiral y es el receptor sensitivo de la audición. Esta es una membrana que contiene un gran número de células epiteliales, las cuales permiten la transducción de las señales auditivas en impulsos nerviosos.
Esta transducción se produce cuando las vibraciones de la estructura en el oído interno provoca el desplazamiento del líquido coclear. Éste, a su vez, genera un movimiento en las células ciliadas del órgano de Corti, las cuales producen señales electroquímicas.
Rampa timpánica
La rampa timpánica es otra de las cavidades de la cóclea y, al igual que la rampa vestibular, también se encuentra llena de perilinfa. Esta se encuentra separada del conducto coclear por la membrana basilar y se extiende desde la ventana redonda hasta llegar a la helicotrema. Es en esta última sección donde se encuentra con el conducto vestibular.
Su función es la de transducir el movimiento que hace que la membrana timpánica y los huesecillos vibren, al movimiento de la perilinfa y la membrana basilar. De esta manera, el movimiento es transmitido al órgano de Corti dentro del conducto coclear. Y en comparación con el movimiento de la membrana tectorial, hace que los estereocilios en este órgano, se doblen. Por último, estos se despolarizan y envían los impulsos electroquímicos al cerebro a través del nervio coclear, lo que produce la sensación del sonido.
Función del caracol en la audición
Como lo hemos venido mencionando, la cóclea está llena de un líquido acuoso conocido como Endolinfa. Cada vez que una vibración alcanza a la cóclea, este líquido se mueve en respuesta a ese movimiento. Todas las vibraciones entran a través de un orificio conocido como ventana oval, la cual está unida a la base del estribo.
A medida que el líquido comienza a moverse, la membrana basilar y el órgano de Corti también se mueven. De esta manera, las células ciliadas, que se encuentran en el órgano de Corti, pueden detectar el movimiento a través de sus estereocilios. Este suceso es transformado luego en señales eléctricas que son comunicadas a través de los transmisores a las células nerviosas.
Posteriormente, estas neuronas auditivas primarias transforman estas señales de movimiento en impulsos electroquímicos, los cuales se conocen como potenciales de acción. Toda esta información viaja a lo largo del nervio de tivo hasta que llega a las estructuras del tronco del encéfalo para ser procesadas posteriormente.
Un movimiento muy fuerte en la membrana basilar, los cuales son usualmente provocados por sonidos de alta frecuencia, puede provocar la muerte de las células ciliadas. Esta es una de las causas más comunes en la pérdida de la capacidad auditiva parcial. Por razones como éstas es que los usuarios de armas de fuego o maquinaria pesada deben utilizar orejeras o tapones para los oídos.
En los seres humanos, en las células ciliadas. A no tienen la habilidad de regenerarse. Por lo tanto, cuando éstas se reciben algún daño, lo más probable es que terminen deteriorándose. El daño de estas células dependerá de la frecuencia de El sonido y el tiempo de exposición. Es muy común ver ese tipo de pérdida auditiva en los adultos mayores debido a su edad. Sin embargo, sonidos repentinos y de alta frecuencia pueden igualmente causar la pérdida auditiva súbita.
Referencias bibliográficas
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